© 2013-2017 Cristina Merino Navarro


martes, 17 de enero de 2017

Confirmo en mis manos
El vacío.
Dos agujeros negros
Han reemplazado al universo.
No importa que la validez de la luz
Dependa
De la sombra.
Que las máquinas del tiempo no existan
Para repetir una y otra vez ese momento
En el que consigo atravesarte
Directa,
A un pálpito,
Sin necesidad de darme cuenta
De que nunca lo hice.
Y que por lo tanto,
No hay realidad a la que acudir.
Yo estoy aquí
Y mi cuerpo
Por primera vez es demasiado pequeño
Para envolverte.
Quizá nunca viniste
A responder a mí desafío
Justo antes
De que saltara.
Proclamación última de mi amor
Completo
Al caos.
Quizás hubiera sido otra vida
Y yo aparecí.
Siempre,
Mi realidad será una galaxia entera
Preparada para acogerte.

Cristina Merino

martes, 3 de enero de 2017

Nut

No se podía dormir en esa casa.
Un hogar con un latido muy fuerte,
A punto de doblegarlo
A cada bombardeo,
Manteniendo la vida.
La sangre plagada de angustia,
Tóxica,
Y un cuerpo arqueado
En silencio,
Para que nadie lo salvara.
Su alma alejándose de sí
Aunque  hacía tiempo
Que no era suya,
Aunque tampoco resultara suficiente.
Y el universo estrellándose
En su pequeñez
Atravesada por pequeñas estrellas en ese arco perfecto.
El mundo concentrado en un vientre
Suplantando a Nut en el cielo.
Que no se asesine al sol tras la noche.
Necesito sobrevolar las heridas con luz.
Esa que existe porque,
De vez en cuando,
Aparece.
Sé que existe.
Y mi cuerpo se estrella contra el suelo,
Descansado.
Tras la oscuridad la luz me deslumbra como nunca en él.
Como siempre.
Te oigo gritar en las tinieblas
Pero he protegido el cielo.
Ya lo sabes.
Podrías alcanzarme siempre que quisieras.

Cristina Merino